El mal destino causó las dos muertes en Cálig

La Guardia Civil recreó el análisis de la vivienda de un doble crimen en Castellón

Diario De Navarra : 28/05/2021 

Una joven de 25 años y un joven de 23 fueron encontrados atados de pies y manos y con disparos en la cabeza y el pómulo en 2005

J.A. GOÑI/JOSU OCHOA

Operación Destino. ¿Qué llevó a la Guardia Civil a llamar así la investigación de un doble crimen en una localidad de Castellón hace dieciséis años? La reconstrucción sobre el escenario de Baluarte de cómo se analizó la vivienda del crimen permitió conocer solo al final el motivo del nombre de este caso sobre el asesinato de un chico de 23 años y una joven de 25, dueña de la casa. Un doble crimen que impresionó a los habitantes de Cálig, una localidad al norte de Castellón con un censo en ese momento, el 12 de junio de 2005, de algo más de millar y medio. Recrearon la inspección ocular agentes de la Unidad de Policía Judicial y del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil de Navarra.

Fue sencillo seguir cada uno de los pasos de los agentes porque uno de ellos lo retransmitía a través de la cámara de vídeo de un móvil que se proyectaba a su vez en la gran pantalla de la sala. Era una manera de que el espectador sintiera que los ojos de los investigadores eran los suyos. Vieron de este modo que las víctimas, en el salón, estaban atadas de pies y manos con cuerdas, que ella, bocabajo, tenía un disparo en la cabeza y él, bocarriba, en un pómulo. Además, cómo los agentes marcaron el llamado pasillo de acceso, el lugar por el que entraron al lugar del crimen “solo las personas imprescindibles”, narraba el capitán jefe de la Policía Judicial cada paso, y una revisión del suelo con luz forense brillante y rasante para detectar los posibles indicios que hubiera en el recorrido.

Anotados y recogidos los indicios, embolsaron los manos de los cadáveres para evitar que se destruyeran restos que pudiera haber bajo sus uñas, signo de haber tratado de defenderse. Recogieron vainas y un proyectil, deformados, por lo tanto indicador de que los autores habían empleado un silenciador. Y al comprobar que permanecían joyas y dinero que se guardaban en un cajón se reforzó la idea de l homicidio premeditado ante el robo.

La mesa con varias piezas de vajilla dio más trabajo porque, al aplicarles un reactivo, se revelaron varias huellas, trasplantadas con una lámina adhesiva. Se fijaron también los agentes en restos de ceniza junto a la ventana, pudiendo pensarse “que el autor o los autores habían estado esperando la llegada de las víctimas”. En ese mismo lugar, en el suelo, una pisada, que recogieron siguiendo el mismo procedimiento que las huellas dactilares.

En el baño continuaron hallando indicios: un trozo de cuerda de las mismas características que la empleada para atar a las víctimas; restos de sangre en el lavabo que se descubrieron pulverizando sobre ellos un reactivo de color azul denominado Bluestar que no degrada el ADN -por lo tanto los restos de sangre se pueden estudiar después-, y dos colillas en interior de la tubería. Una de ellas les encaminaría a dar con el asesino